Onna Bugeisha
Onna-bugeisha (女武芸者 mujer samurái), es un reducido grupo de esposas, hijas y hermanas de samuráis que desarrollaron actividades bélicas en el Japón feudal. Miembros de la clase bushi (samurái) fueron entrenadas en el uso de armas para proteger su casa, familia y honor en tiempos de guerra. A pesar de su escaso número representan una importante e icónica presencia en el antiguo Japón. La Emperatriz Jingu, Tomoe Gozen, Nakano Takeko y Hojo Masako, son los exponentes más característicos de este grupo.
A diferencia de la katana, usada universalmente por sus equivalentes samurái masculinos, las onna bugeisha empleaban como arma más habitual la naginata, una variedad de lanza de hoja curva de gran versatilidad. La preferían sobre todo por su longitud, que permitía compensar la mayor fuerza y tamaño corporal de oponentes masculinos manteniéndolos a distancia. Además, de forma similar al yari, la naginata es muy efectiva en pelea mano a mano y relativamente eficiente contra la caballería. A través de su uso por muchas mujeres samuráis legendarias, la naginata se ha convertido en uno de los símbolos icónicos de la mujer guerrera. Durante el periodo Edo, muchas de las escuelas centradas en el uso de la naginata fueron creadas y mantenidas por mujeres.
Además de la naginata, las onna bugeishas empleaban también armas a distancia como el arco y las flechas, ya que las ventajas masculinas tradicionales como la fuerza física cuentan mucho menos en el combate a distancia.
Desafortunadamente, la entrada al periodo Edo también marcó el declive de la mujer guerrera. Esto se debe a la introducción de una corriente neoconfuciana que establecía el matrimonio como un pilar social. Asimismo, la clase guerrera en general transitó de las armas a los cargos políticos o burocráticos, donde la mujer no tenía cabida. El cambio vertiginoso llevó a que varias de estas mujeres se convirtieran en amas de casa o esposas de gente poderosa.
Con la llegada del siglo XVII, el rol de la mujer en la sociedad se redujo a la de procrear. Con esta nueva mentalidad, la imagen de la mujer guerrera no tenía lugar. Sin embargo, una figura que llega hasta nuestros días es la de la legendaria emperadora Jingu. Vivió aproximadamente en el 169-269 d. de C. y era la esposa del emperador Chuai. Existe mucho misterio en torno a la figura de la emperadora, y a pesar de que existen registros suficientes que hablan sobre ella y su reinado en Japón, todavía muchos aspectos de su vida se encuentran en tela de juicio.
La leyenda dice que utilizaba un par de joyas divinas que le ayudaban a controlar la marea, lo que ayudó a que la invasión a Corea en el año 200 exitosa. De acuerdo a la historia, en esta batalla no se derramó sangre japonesa. Sin embargo los historiadores dicen que no hay evidencia histórica de una invasión a Corea en este periodo. Hallazgos más recientes establecieron que para el siglo IV ya había control sobre tierras coreanas.
Además, se dice que su hijo Ojin nació tras su regreso a Japón. La guerra duró tres años, por lo que se dice que todo este tiempo estuvo en el vientre de Jingu. Las explicaciones mitológicas dicen que su hijo en realidad era Hachiman, el dios de la guerra, quien por voluntad propia se quedó en el vientre de la madre los tres años que durara la guerra con Corea.
Además de Jingu, otras mujeres Onna-bugeisha han sido reconocidas a lo largo de la historia.
Durante la Guerra de Genpei (1180-1185) se escribió el Cantar de Heike (Heike Monogatari), un relato épico sobre el coraje de los samuráis. En el aparece Tomoe Gozen, sirvienta de Minamoto Yoshinaka (clan Minamoto), que ayudo a éste a defender contra su propio primo, Minamoto no Yoritomo, en la batalla de Awazu (21 de febrero de 1184). En el Cantar de Heike es descrita como “especialmente bella, con blanca piel, largo peinado y encantadora”. Tomoe Gozen destacó especialmente en el uso del arco. Pero la espada tampoco se le daba mal, y se dice de ella que con el filo de su katana acabo con la vida de más de mil hombres. Más adelante abrió muchas escuelas de Naginata, un arma usada tradicionalmente por las Onna-bugeisha para contrarrestar el poderío físico de los hombres.
Siglos más tarde, en el XIX, destaca la figura de Nakano Takeko. Esta Onna-bugeisha lideró la batalla contra el ejercito del Imperio Japonés del dominio de Ogaki. Antes de morir recibiendo un disparo en el pecho, Takeko le pidó a su hermana que si esto sucedía le cortara la cabeza y la enterrase para que el enemigo no la tuviese como trofeo. Así se hizo y hoy se encuentra bajo un pino en el templo Hokai.
Tomoe Gozen retratada por Kikuchi Yōsai.
Memorial a Tomoe en Gichū-ji, Ōtsu, Prefectura de Shiga.
Fuentes:
- http://mujericolas.blogspot.com/2016/03/las-onna-bugeisha-o-mujeres-samurai.html
- https://es.wikipedia.org/wiki/Onna_bugeisha
- http://historiasdelahistoria.com/2015/04/06/himiko-la-samurai-que-conquisto-corea
- http://www.nuevatribuna.es/articulo/historia/samurai-tomoe-gozen/20161009172221132529.html
que interesante.
ResponderEliminarme gusta la historia de la mujer samurai.
los enlaces
ResponderEliminarMuchas gracias por la corrección, las entradas/páginas ya han sido editadas y ahora contienen las fuentes. Te invito a pasar por las demás. :)
Eliminarsobre la vestimenta creo que deberías escribir un poco , pues solo esta la imagen
ResponderEliminarExiste un apartado en el blog el cual explica la vestimenta en aquel periodo, te invito a pasar :)
Eliminarme parece muy interesante la cultura japonesa así que me gusta el blog
ResponderEliminarMe a parecido muy interesante este tema, ya que ni tenia idea que existían mujeres samurai.
ResponderEliminar¡Pues sí, actualmente existieron! Aunque en menor cantidad que los hombres samurái, igualmente fueron una parte importante en el Japón de aquel entonces.
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